El Gobierno Sánchez, a punto de dar un paso irreversible en la destrucción del océano

El Gobierno Sánchez está a punto de asumir la responsabilidad sin precedentes que llevaría inevitablemente a la destrucción del océano. El próximo 18 de junio, España ratificará su posición oficial en el Consejo de la Unión Europea sobre una medida de importancia crucial, si es que queremos mantener la esperanza de detener la sobreexplotación crónica y la degradación del medio ambiente marino. Se trata de la eliminación de las subvenciones públicas que fomentan la sobrepesca y la sobrecapacidad de la flota. Mientras que el Gobierno español afirma ser el campeón de la igualdad social, deja el tema de la justicia ecológica y los ecosistemas marinos en manos de las exigencias de los lobbies de la pesca industrial.

 

En 2015, en la ONU, todas las naciones acordaron un objetivo común: eliminar las subvenciones que contribuyen a la sobrepesca y al exceso de capacidad de la flota para 2020 (ODS 14.6). Al igual que en el caso de las emisiones de gases de efecto invernadero en relación con el clima, existe un origen común para la destrucción de los peces y los medios marinos: las ayudas públicas concedidas por los Estados a las flotas pesqueras industriales.

 

Pero en lugar de apoyar los objetivos de la ONU, España está usando todo su peso diplomático para poner en peligro este compromiso crucial y servir a los intereses destructivos y a corto plazo de los grupos de los lobbies de la pesca industrial: el Gobierno de Sánchez ha optado por incumplir sus compromisos internacionales posicionándose a favor de la reintroducción de subvenciones perjudiciales que fomentan la sobrecapacidad de la flota y la sobrepesca. Según lo que nos llega del Consejo de la Unión, la estrategia española tiene sus resultados, lo que nos hace augurar lo peor sobre la posición final que se adoptará el próximo 18 de junio.

 

En esta estrategia, España ha encontrado valiosos aliados en el Gobierno del Presidente Macron, una marioneta bajo la influencia de poderosos lobbies industriales, y en el Gobierno italiano de Salvini. Este “triunvirato” es consciente de que al abrir la caja de Pandora de los subsidios perjudiciales, pone en peligro cualquier solución al problema de la sobrepesca en el mundo. España, Francia e Italia también son muy conscientes de que la posición europea será examinada por nuestros socios internacionales. Esta posición determinará el resultado de un acuerdo multilateral sobre la única solución global a la sobrepesca: la prohibición de las subvenciones perjudiciales.

 

La posición escrita que España defiende en las negociaciones en el Consejo sobre el próximo instrumento financiero para el sector pesquero (el Fondo Europeo Marítimo y de Pesca (FEMP) incluye un trío cínico de 1) la financiación para la renovación y modernización de la flota, 2) la voluntad de ampliar la definición de pesca artesanal, que la pone en peligro y 3) menos obligaciones en materia de transparencia y control de los fondos.

 

Si España no cambia su posición radicalmente y POR FIN decide apoyar a los ecosistemas marinos y a los pescadores artesanales frente al apetito destructivo de los lobbies, Pedro Sánchez será el responsable del fracaso de la Agenda 2030 a nivel internacional. La vergonzosa posición de España, definida dentro de la opacidad de las instituciones, además no ha sido objeto de ninguna consulta pública o comunicación. Frente a esta situación, pedimos al Gobierno español que apoye el Objetivo de Desarrollo Sostenible (ODS 14.6). Aunque España tenga una voz fuerte para la protección del medio ambiente y la lucha contra la crisis climática, gracias especialmente a su Ministra para la Transición Ecológica, Teresa Ribera, la cuestión de las subvenciones

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